Regionalización Abierta

A comienzos de los años 90, en los tiempos de la apertura económica en Colombia, cuando entró en vigencia la Zona Andina de Libre Comercio y el mundo vivía un auge de integración importante con tres polos de desarrollo predominantes, Estados Unidos, la Comunidad Europea y Japón, y China apenas despuntaba en el horizonte, los economistas de la Cepal hablaban de una “regionalización abierta de América Latina para su adecuada inserción internacional”.

Estados Unidos: continuidad, tensiones y oportunidades

Después del discurso del “Estado de la Unión” del presidente Donald Trump en el Congreso estadounidense me quedaron algunas sensaciones en lo que respecta a Colombia. La primera es que no renunciará a que haya un cambio en Venezuela en el corto plazo y que eso nos involucra a los colombianos, y que mantendrá la presión sobre los países que tienen asuntos de pendiente cumplimiento, como es el caso de Colombia con relación a la expansión de los cultivos ilícitos, la propiedad intelectual, la reforma pensional o la chatarrización.

A tiro de piedra

Pasan y pasan los años y pareciera que no nos damos cuenta que tenemos el mayor mercado del mundo a tiro de piedra. Lo repetimos tantas veces que se volvió un lugar común. Voy a mencionar un solo dato para subrayar la dimensión de lo que tenemos dentro de nuestro campo de tiro: toda la economía colombiana cabe nueve veces en la de California, cinco en la de Texas y tres en la de Florida, los principales estados a donde llegan casi el 60% de nuestras exportaciones.

Un agro con potencial, clave para la diversificación

Uno de los principales objetivos en la relación comercial con Estados Unidos, principalmente, desde que suscribimos el TLC en 2012 ha sido diversificar la oferta exportable hacia ese país para que nuestras ventas externas no dependan únicamente de los productos minero-energéticos. En la búsqueda de ese objetivo el agro ha sido el sector que se ha mostrado como uno de los sectores con mayor potencial para tomar un protagonismo.

Pronósticos a la baja, expectativa al alza

El presidente Donald Trump atravesó la mitad de su mandato sin que se logre entrever un cambio en sus políticas comerciales y, por el contrario, todo indica que para los próximos dos años consolidará su política de “América primero”, prolongando las tensiones con los países que considera se han aprovechado de la generosidad estadounidense, presionando a sus empresarios a regresar del exterior con sus inversiones, rebajando sustancialmente los impuestos y reduciendo las regulaciones, medidas infalibles para estimular las inversiones y la generación de empleo, y que contribuyen a allanar el camino hacia la reelección. Los invito a leer el análisis para Caracol Radio, a quienes agradezco por el espacio editorial

Un pulso de largo aliento

La administración del presidente Donald Trump llega a la mitad de su mandato sin que se logre entrever un cambio en sus políticas comerciales y, por el contrario, podríamos decir que ha ratificado su camino. Por otro lado, los estadounidenses están satisfechos de que la economía doméstica, pese a sus altibajos, se mantiene en crecimiento y con perspectivas favorables lo cual genera oportunidades para los colombianos.

No son tiempos para la vista gorda

Las cartas están sobre la mesa y el escenario está planteado, es claro e inaplazable. Estados Unidos ya nos señaló sus inconformidades y todo parece indicar que los pendientes serán ahora la prioridad. El camino más sensato es trabajar en ese sentido, aunque apoyados con una estrategia muy bien construida de diplomacia en todos los ámbitos y en todos los niveles, tanto de Gobierno como del sector privado.

Plan Padrino para la chatarrización

Hace dos años los mexicanos pusieron en marcha un novedoso y práctico plan de renovación del parque automotor mediante un “encadenamiento” o mecanismo que permite que un pequeño transportador pueda comercializar su unidad “chatarra” a una compañía más grande, la cual le venderá a su vez un vehículo con máximo ocho años de antigüedad y se encarga de destruir la unidad obsoleta, así como de gestionar los estímulos para adquirir un vehículo nuevo.

Daños colaterales

Comienzan a percibirse los efectos domésticos del tire y afloje arancelario entre las grandes potencias. Las tácticas en la antesala de lo que podrá derivarse en una guerra comercial han sido hasta ahora de carácter persuasivo y de impacto calculado, pero cada semana el optimismo se va diluyendo, se reducen las expectativas de crecimiento, se resienten las bolsas de valores, se desordena el control de precios y aumentan las posibilidades de una competencia indiscriminada.