El poder transformador del turismo

El turismo es una herramienta para el desarrollo. Al visitar nuevos destinos, los viajeros no solo  amplían sus conocimientos y descubren culturas diferentes, también contribuyen a la generación de oportunidades laborales, a la inclusión y a la tolerancia, factores imprescindibles en la construcción de una Colombia sin conflicto armado.

La 21ª Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo, que tuvo lugar en Medellín, dejó varias enseñanzas en este sentido. Si bien el país va por buen camino, todavía tenemos desafíos para el desarrollo de una industria incluyente y responsable.

El primer llamado es a vincular, tanto en paquetes turísticos como en establecimientos de hospedaje, la participación activa de la comunidad, especialmente la que habita en zonas rurales, ya que según la OMT es allí donde se concentra el 70% de la pobreza extrema en los países en desarrollo.

Pueden existir destinos que ofrezcan paisajes encantadores, pero si no está vinculada la comunidad será difícil que pueda alcanzar el éxito. El turismo genera prosperidad y por eso lo debemos llevar a las áreas más alejadas del país, especialmente las afectadas por el conflicto.

Esto nos trae otra responsabilidad y es la preservación de la riqueza natural de Colombia. Si los viajeros no contribuyen a la conservación de estas áreas, es mejor mantenerlos alejados.

Se debe promover un turismo responsable con el medioambiente, que genere un entorno mejor para las futuras generaciones. Es por eso que prácticas como el uso eficiente de energía, el manejo de residuos y el consumo controlado del agua cada vez más cobran importancia en esta industria ‘sin chimeneas’.

Otra recomendación es innovar. Para esto es suficiente con implementar ideas pequeñas que sean prácticas y no cosas grandes que pretendan cambiar al mundo. Es necesario romper con el modelo de negocio y aplicar el factor sorpresa. Solo hay que ser auténticos y no tratar de imitar a otros actores.

Las proyecciones de la Organización Mundial del Turismo son bastante positivas. Calcula que el número de viajeros internacionales en el mundo crecerá a un promedio del 3,3% anual y que las visitas a las economías emergentes doblarán su ritmo de crecimiento.

El mayor aumento lo presentarán los turistas que viajan por salud,  turismo religioso o para visitar amigos y familiares con un promedio anual del 3,5%, después está el turismo de ocio con un 3,3% y, finalmente los viajes de negocio con  un 3,1%.

Este panorama nos debe animar a trabajar más por este sector. A unirnos, tanto Gobierno, como entidades regionales y sector privado, para seguir fortaleciendo una industria que jugará un papel fundamental en el posconflicto de Colombia. El potencial es grande, siempre y cuando reconozcamos ese poder transformador que tiene el turismo en la economía, la sociedad y en nuestros visitantes.