Factura electrónica con flexibilidad y eficiencia

En los próximos días tendremos noticias de mucho interés para empresarios y comerciantes: la factura electrónica tendrá un periodo de transición, flexibilidad, ajustes y pruebas, con un nuevo software gratuito más apropiado para un proceso sencillo, rápido y eficiente.

Es muy importante quitarle la presión a la obligatoriedad, pero también mantener firme el objetivo de lograr su masificación en el menor plazo posible, con estrategias de divulgación efectivas, con trabajo persistente y articulado entre gobiernos, cámaras, empresarios y comerciantes.

Se requiere persistencia porque, aunque parece un simple salto tecnológico, es dispendioso y complejo. Y así lo revela la experiencia previa adelantada por algunas grandes empresas, seleccionadas por su capacidad financiera y logística, y que están aplicando el nuevo modelo. El presidente de una de esas empresas comentó recientemente su experiencia durante un foro sobre factura electrónica de Amcham Colombia. Destacó que el ciclo electrónico de la información, su lógica y flujo tienen sus particularidades para cada empresa, según las características del negocio, dado a que existen diversos sistemas de información financiera y facturación.

Confirmo que por la falta de conocimiento se genera resistencia al cambio, por lo que debe haber un acercamiento permanente con los clientes y proveedores, contribuir en la capacitación y divulgación y hacer énfasis en que este salto tecnológico no es un simple requerimiento legal, sino una evolución que estimula la competitividad. Pero eso no debe impedir que el proceso de factura electrónica se aplique a nivel nacional y que todas las empresas lo utilicen. Provee transparencia y competitividad de los negocios.

Fundamental la comunicación constante y efectiva con la DIAN, trabajar en mejoras, involucrarse con la optimización de los procesos, invertir en la comunicación relacionada con los beneficios de la factura electrónica.

Los aspectos técnicos de la normativa y las soluciones informáticas existentes son de difícil comprensión, por lo que requerirá de un mayor esfuerzo durante los próximos años hasta perfeccionar la herramienta, llegar a los más pequeños empresarios y lograr, incluso, que hasta los tenderos del barrio puedan subirse al tren de la modernidad.

Es fácil prever que estamos a las puertas de un mundo completamente digitalizado. Poco a poco se completará la bancarización de nuestra población, cada vez habrá menos dinero circulante y más pequeños negocios con capacidad de recibir el pago electrónico. Internet ha reducido los costos de transacción y mejora la recaudación. En Chile, donde van más adelantados en este asunto, por ejemplo, la implementación de la factura electrónica significó una caída del 20% en la evasión del IVA.

Además de los beneficios económicos, administrativos y legales los empresarios tendrán menos cargas impositivas y estarán más ajustados a la formalización y la legalidad, evitando la evasión y elusión de impuestos y como un arma eficaz en la lucha contra el contrabando y el lavado de activos.

El trabajo de los gremios será muy importante para consolidar este proceso, principalmente el de los comerciantes. 2019 es un punto de partida para un reto nacional: un salto de alta factura.

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