Seamos claros: la factura económica para mitigar el impacto de la pandemia saldrá más costosa de lo que cualquier analista pueda imaginarse. Estamos ya sobre diagnosticados en cómo serán los resultados al cierre del año y cada día escuchamos más historias de cómo una u otra empresa hace malabares para subsistir y evitar la insolvencia.
Tentaciones proteccionistas
La pandemia ha suscitado una nueva oleada de proteccionismo, tentación recurrente que esta vez estaría impulsada no solo por la competencia en la oferta, sino también por la falta de demanda. Lo que ha sido históricamente una opción coyuntural, ahora amenaza con generalizarse y agrietar las relaciones internacionales. De momento, el mundo presencia una fuerte caída en el comercio de mercancías (hasta de 32%), de la IED (hasta 40% y 50% para el caso de América Latina) y del tráfico aéreo (hasta 80%), cifras que no implican una desconexión entre los mercados, ni suponen la necesidad de refugiarse en un proteccionismo, al contrario, es la oportunidad de fortalecer las ventajas comparativas, propiciar una sustitución de importaciones competitiva, atraer inversión e integrarse a cadenas regionales de valor. Hay indicios de una recomposición transitoria en los mercados hacia una mayor diversificación, por una autosuficiencia doméstica en sectores estratégicos para cada país, donde la regionalización es una vía, sin que ...