Con motivo del Día Internacional del Turismo, la plataforma Airbnb presentó los principales hallazgos del estudio realizado por Oxford Economics sobre su impacto económico en Colombia. De acuerdo con el análisis, el gasto de los huéspedes que reservaron espacios compartidos en Airbnb en el país durante 2021 (excluyendo los gastos en alojamientos) fue de US$899 millones, equivalente al 14,7% de la actividad turística directa total en ese año.
Turismo, ¿será que sí?
Como todos los 27 de septiembre, celebramos el Día Mundial del Turismo, una fecha que para Colombia debería ser muy especial debido al enorme potencial de esta industria, pero solemos hablar más de las posibilidades que de las acciones, como dicen, del dicho al hecho hay mucho trecho, y nos quedamos con grandes titulares, muchas ideas, algunas propuestas y poca ejecución. Es hora de tomar el toro por los cuernos, definir si es cierto, como dicen, que el turismo será el nuevo petróleo de Colombia, contar con una estrategia que encaje con esa importancia, determinar dónde, cómo y qué vamos a desarrollar, darle continuidad al trabajo que se ha venido haciendo, trazar una ruta viable y visible que de verdad nos lleve a una nueva fase, dejando de lado la retórica y los discursos y comenzar en serio su desarrollo.
Diálogo de sordos
La semana pasada nos reunimos un grupo significativo y diverso de altos funcionarios del Gobierno Nacional, distintas personalidades de las regiones, congresistas, líderes sociales, jóvenes, representantes de entidades multilaterales y del sector empresarial del país para hablar sobre “El desafío de democracia” y pese a la disparidad de opiniones hubo consenso sobre la importancia de la institucionalidad, de la democracia, del crecimiento con equidad e inclusión y de mantener un diálogo abierto y permanente.
El Estado ladrón de Lemos
Estamos en la antesala de una nueva reforma tributaria que puede hacer una injerencia importante en la vida de todos los colombianos y en la posibilidad de continuar construyendo país, sustrayendo recursos al sector productivo, que es donde se generan el empleo, el ahorro y el desarrollo que permiten crecer y progresar.
La infocracia y sus distorsiones
El frenesí comunicativo al que estamos sometidos y su uso desaforado en la vida pública invita a analizar el régimen no escrito de la información, así como el fenómeno de la digitalización del mundo en que vivimos y su avance inexorable, dice el filósofo surcoreano Byung- Chul Han en su libro “Infocracia: La digitalización y la crisis de la democracia”, una publicación muy comentada en las últimas semanas para explicar cómo ese fenómeno se ha apoderado también de la esfera política y distorsiona el proceso democrático. El exceso informativo y su manipulación impide que la sociedad pueda tener contenidos objetivos, sin intencionalidad, pero tal vez lo más grave es que en efecto ha logrado dividir, engañar, radicalizar y crear realidades artificiales que son usadas sin pudor por los que buscan beneficiarse de alguna de manera sin escrúpulos, sin cuidar el bien común ni la cohesión nacional.
Gran desestímulo
La mejor reforma tributaria sería aquella que lograra que todos los ciudadanos pagaran sus impuestos y que el estado tuviera los mecanismos de control y eficiencia para recaudarlos bien y, sobre todo, gastarlos mejor.
Pero no, acudimos siempre al capital productivo, y casi a modo de reclamo por el simple hecho de que crean riqueza, cuando la lógica dicta que todos tenemos que aportar según nuestras actividades. Y deberíamos hacerlo con disciplina y absoluta convicción.
Un primer paso en la frontera
constituye un primer paso firme frente al desafío binacional de reconstruir las relaciones comerciales y diplomáticas entre ambas naciones. Comenzó bien, con buenos ánimos e ímpetus renovados, puesto que el diálogo incluyó una visión público-privada, centrándose en el presente y en acciones para construir futuro.