Fue muy grato ver estos días el Centro de Convenciones de Cartagena repleto de jóvenes ávidos de conocimiento para tomar las riendas del cambio, inclusión social y por supuesto crecimiento empresarial. Fue un impresionante evento organizado por la Cámara de Comercio de Cartagena y agradezco la oportunidad de haber participado allí.
Recibimos muchas preguntas sobre cómo acceder a la ayuda del Gobierno para la creación de empresas, para el emprendimiento y está claro que los jóvenes hoy quieren ser sus propios jefes, tener sus propios negocios e ir tras sus sueños.
El camino tendrá su complejidad y precisamente por ello la perseverancia debe ser una de las consignas para avanzar y recordar que para llegar a ser grandes emporios hoy, grandes compañías, dentro y fuera de Colombia experimentaron fracasos que dejaron lecciones con las cuales cimentaron el éxito con el que las reconocemos hoy.
Además de eso, mi consejo para esos futuros empresarios que se incorporen dentro de sus planes, desde ya, la internacionalización empresarial. Con el equipo de ProColombia hemos identificado oportunidades de negocios con productos que van desde los agroindustriales, pasando por manufacturas, prendas de vestir y servicios.
La industria en el mundo busca proveedores con alta capacidad de producir bienes y servicios de calidad. Allí tenemos una gran oportunidad, pero se requiere mayor competitividad y más productividad y dejar de lado lo que he llamado la “timidez exportadora”.
En la conversación con los jóvenes en Cartagena pudimos evidenciar como prácticamente todos contaban con teléfonos inteligentes, es decir, tienen acceso a la información en tiempo real. Hoy es una gran ventaja pues les permite el monitoreo constante del comportamiento del consumidor, y facilita la innovación, la capacidad de anticiparse a sus necesidades y atender con prontitud los cambios en las tendencias, elementos fundamentales para mantenerse vigente en la industria, cualquiera que ella sea.
Otro elemento clave para la inserción en la economía global es la transformación en la estructura productiva del país. Esto es pasar de ofrecer productos básicos a elementos con valor buscando incorporar mayores niveles de tecnología, valor agregado y procesos encadenados con el fin de lograr un mayor impacto en la generación de empleo e ingresos.
Aún contamos con retos y barreras en diferentes frentes como: costo país, productividad, barreras de destino y otras como el bilingüismo. Son dificultades superables, con el trabajo de cada uno de los sectores involucrados, para promover la productividad, la diversificación y la sofisticación de nuestro aparato productivo. Las directrices que el presidente Juan Manuel Santos ha impartido a todo el Gobierno están encaminadas encontrar soluciones en los mencionados frentes.
María Claudia Lacouture
@mclacouture