Hay bastante escepticismo en el ámbito internacional con relación a lo que sucederá en el comercio y la economía en 2019. Y también hay una certeza: el turismo continuará siendo un motor permanente para la generación de desarrollo y empleo.
Para los colombianos, este año será especialmente importante en la consolidación de esta industria, tras 15 años de desarrollo constante y crecimiento sostenido en el número de turistas extranjeros. El proceso de consolidación sigue madurando, lo que obliga a estar muy atentos, anticipar políticas y coordinar acciones para que el éxito no nos arrolle.
El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo ha puesto sobre la mesa la posibilidad de presentar una nueva Ley de Turismo que actualice y unifique otras anteriores. Al margen de las intenciones es poco lo que se conoce de la Ley – diferente a un listado de acciones-, pero sería oportuno si todos los actores del sector y demás interesados sabemos de qué se trata y se produzca un diálogo nacional para que esa actualización legislativa nos represente a todos.
Un aspecto fundamental de esa Ley es la institucionalidad, ya que si realmente queremos que el turismo sea el nuevo petróleo en el país se requiere de una estructura institucional más fuerte y cohesionada que se articule desde un Ministerio de Turismo. Y definir su interacción con otras carteras como Ambiente, Transporte, Salud, entre otros.
El impacto del turismo en la economía colombiana, que hoy representa menos de 3% del PIB nacional podría superar 4% a corto plazo y 10% en la próxima década si logramos transformarlo en propulsor del desarrollo.
Para el Gobierno, para los prestadores de servicios y para la comunidad interesada es muy importante conocer las tendencias y los estudios que han elaborado los principales agentes del mercado, las plataformas y los organismos especializados.
Practicidad y facilidad
Booking.com hizo un pormenorizado análisis según el cual este año estará marcado por la búsqueda de experiencias personalizadas que contribuyan al desarrollo personal, cultural y espiritual, así como a la búsqueda de territorios inexplorados.
Las herramientas que ofrezcan soluciones reales a los asuntos cotidianos tendrán más aceptación, como tener una aplicación única para todas las necesidades de planificación, reserva y viaje. Las palabras claves serán practicidad y facilidad. Los viajeros valoran el contenido personalizado. Un dato de altísimo valor es que para 62% de los viajeros las experiencias son más valiosas que las posesiones materiales. El compromiso por temas sociales entrará a la toma de decisión con mayor fuerza. Se espera que haya un “viajero más consciente” al que lo muevan asuntos sociales, políticos y ambientales.
La industria debe adaptarse
Cada vez con más frecuencia el viajero decide con menos anticipación y se siente más cómodo con la asistencia virtual. Un 70% de las solicitudes de Google Assistant se expresa en lenguaje coloquial, lo que implica que las personas se sienten cada vez más cómodas teniendo conversaciones con computadores. Los turistas requieren más flexibilidad y los dispositivos móviles se lo permiten.
Las innovaciones más destacadas serán aquellas que puedan ofrecer soluciones prácticas a los viajeros, como usar los dispositivos para acceder sin llaves a la habitación del hotel, recibir consejos de viaje personalizados, hablar en su idioma con un robot recepcionista o utilizar tecnología de realidad virtual o aumentada para familiarizarse con el destino antes de llegar.
Otra tendencia identificada por diferentes investigaciones es el aumento del gusto por revivir recuerdos de infancia. En este sentido los millennials parecen ser, incluso, más sentimentales. También se observa que los hoteles ecológicos son más solicitados, mientras que los aficionados al cine y a la televisión están claramente entusiasmados por visitar escenarios de producciones cinematográficas.
Experiencia, la palabra favorita
Las encuestas reflejan que en los próximos años se verá un repunte de personas que quieren aprender algo nuevo mientras viajan. La generación Z (la posmillennial o centennial), se replantea el valor de los títulos universitarios costosos frente a las posibilidades de aprendizaje práctico que se pueda obtener de los viajes. Ellos buscarán experiencias más sostenibles al viajar.
Los cambios en las tendencias han obligado a los guías y operadores a crear cada día nuevas experiencias. La oferta crece de forma exponencial en todos los niveles. Incluso los hoteles ya contratan creativos para imaginar experiencias. “Hacer algo” ha tomado similar importancia a la de “ir a algún sitio”.
Nuestra manera de comer, dormir, comprar o ver un partido de fútbol se centrará en crear momentos de felicidad y comodidad, que duren incluso después de la actividad y que, por supuesto, perduren e impacten en redes sociales. El listado de tendencias que presentan las encuestas y los análisis de big data es ilimitado: crece el número de personas que viaja sin acompañante, sobre todo mujeres, quienes viajan por negocios dedican más tiempo al ocio, los viajes por salud y bienestar se multiplican, las “escapadas” con amigos aumentan, el turismo naturaleza será cada día más determinante…
Tenemos disponible mucha información, por lo que no hay pretextos para no estar actualizados. Y cada uno de los que hacemos parte de la cadena del turismo debemos aportar innovación y conocimiento.
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