Con tres de los puertos más importantes de la Cuenca del Caribe, una extraordinaria extensión de tierra fértil y geografía diversa, a la cabeza de un país rico y pujante, territorio de alta vocación industrial, agrícola, turística y logística, la Costa Atlántica colombiana tiene la necesidad, el deber y también la obligación de convertirse en un referente latinoamericano de desarrollo y prosperidad.
El Caribe colombiano es un punto geográfico equidistante de los mercados internacionales. Es la plataforma de salida del interior y está llamada a ser un centro de prestación de servicios de relevancia mundial. Estamos en el momento de hacer un pare en el camino, de pensar en un Caribe moderno, de mirar con más ambición el contexto internacional y con más estrategia nuestra apuesta regional y la relación económica con el resto del mundo.
Caribe soy, muy convencida de mi región y de que estamos llamados a ser una franja geográfica ejemplo de desarrollo y de encadenamientos productivos, para dar paso a que los ocho departamentos que la componen sean protagonistas en la Colombia que llega a la paz y ve con optimismo el panorama de las oportunidades del posconflicto.
Nuestros esfuerzos se enfocan en fortalecer su estructura productiva para que tan importante territorio se convierta en ese punto de logística de donde salga una oferta exportadora renovada, pero también a donde lleguen esos insumos y materias primas que necesitamos para potenciar la competitividad de su tejido empresarial.
Tenemos sectores como el metalmecánico, el petroquímico, el agrícola, los materiales de construcción y el de agroindustria, con enorme potencial y que serán claves para integrarnos en las cadenas globales de valor. El Caribe vende al exterior casi la cuarta parte de la oferta exportable de Colombia, de los cuales el 45% son bienes no minero-energéticos.
Promovemos y apoyamos la productividad de las empresas, incentivándolas a que desarrollen y sofistiquen sus bienes y servicios mediante la innovación, para darle valor agregado y mayor productividad, para que sean más competitivos.
Esta zona necesita desarrollar productos para aprovechar el acceso que generan 4.495 rutas marítimas de exportación, ofrecidas por 31 navieras y 8 consolidadores, con destino a más de 670 puertos y ciudades de todos los continentes.
La meta es que nuestro Caribe ofrezca puertos más especializados y zonas francas con vocación estratégica, que faciliten las cadenas y trabajen a favor de unas apuestas regionales.
El turismo es hoy uno de los grandes generadores de desarrollo. La Región Caribe tiene mucho que ofrecer, pero debemos mejorar la oferta, capacitarnos, integrar los destinos, buscar nueva inversión y diversificarla. Tenemos dos retos grandes: crear y consolidar corredores turísticos, que integren los destinos tradicionales con los pueblos patrimonio y aquellos lugares que medio siglo de conflictos e inseguridad mantuvieron aislados.
Hoy las autoridades, los gremios, los empresarios, los líderes de opinión del Caribe trabajan con esos propósitos, lo que permite augurar un futuro promisorio. Nuestros hijos serán herederos del cambio, ellos serán los encargados de cerrar las brechas y construir un mundo mejor, un Caribe sostenible, más rico, más equitativo y más justo.
María Claudia Lacouture
Ministra de Comercio, Industria y Turismo
@mclacouture