La administración del presidente Donald Trump llega a la mitad de su mandato sin que se logre entrever un cambio en sus políticas comerciales y, por el contrario, podríamos decir que ha ratificado su camino. Por otro lado, los estadounidenses están satisfechos de que la economía doméstica, pese a sus altibajos, se mantiene en crecimiento y con perspectivas favorables lo cual genera oportunidades para los colombianos.
Los anuncios catastróficos de una guerra comercial se han ido diluyendo, aunque mantienen sus signos vitales. El pulso entre las dos mayores potencias deberá mantenerse al margen de que se resuelvan algunas controversias y se disparen dardos de un lado y del otro.
La tregua de 90 días pactada por Trump y Xi Jinping durante la cumbre del G-20 en Buenos Aires fue un buen mensaje de fin de año y alivia las tensiones comerciales, pero las relaciones diplomáticas se tensaron casi de inmediato con la detención en Vancouver (Canadá) de la directora financiera de la compañía china Huawei (hija del dueño), para su posible extradición a Estados Unidos, que investiga a la empresa china por vulnerar las sanciones a Irán.
Con ese panorama de tire y afloje nos mantendremos un buen tiempo en el concierto mundial, y en la región latinoamericana tenemos un escenario como para alquilar balcón: la dirección que le imprima a su mandato el mexicano Andrés Manuel López Obrador; el rumbo del brasileño Jair Bolsonaro; el destino del venezolano maduro y su inflación prevista de 10.000.000%. En Colombia estaremos pendientes de los efectos que tenga la ley de financiamiento y otros proyectos en camino.
A los empresarios les corresponde observar, evaluar y decidir. En ese contexto la información es muy importante, conocer las implicaciones de cada movimiento, identificar las posibilidades, aprovechar las oportunidades.
De las restricciones comerciales entre EEUU y China, en AmCham Colombia identificamos oportunidades en los dos mercados y también banderas rojas de alerta por el desvío de algunos productos que buscan refugio en nuestros países.
Los organismos financieros pronostican un crecimiento moderado para Colombia, lo que es muy importante frente al entorno internacional. Mi invitación es a que estemos muy bien informados, que no nos detengamos en el propósito de mejorar la competitividad y la productividad y que presionemos juntos para combatir la corrupción, la informalidad, la evasión y el contrabando, los males mayores de nuestro sistema económico.
Columna para El Colombiano, publicada el 2 de enero de 2019. Publicada también en web de AmCham Colombia