En los últimos cinco años, Colombia se ha enfocado en el cierre de acuerdos comerciales que le permitan atraer inversión y colocar los productos nacionales en más mercados, con mayores facilidades y mejor acceso. Ya suman 15 tras la puesta en marcha de la Alianza del Pacífico (AP) el pasado 20 de julio. La AP y el Acuerdo Comercial Colombia-UE, que cumplió dos años, representan dos puentes retadores, uno hacia el Atlántico y otro hacia el Pacífico, sobre los cuales hay posibilidades para incrementar las exportaciones no minero-energéticas. Las claves para desarrollar una dinámica exportadora sostenida y sostenible están en la diversificación, tanto de productos como de mercados y en la diferenciación, orientada siempre a la satisfacción del cliente.
Pese a las dificultades en las economías europeas, los resultados son positivos: las exportaciones al bloque alcanzaron los 8.122 millones de euros (8.500 millones de dólares). Colombia es el cuarto proveedor de la UE después de Brasil, México y Chile. En relación al 2013 y 2014 las exportaciones no minero-energéticas hacia la UE aumentaron 20.6%.
El área de Información Comercial de ProColombia trabaja de manera permanente en la identificación de oportunidades, analizando cada país, y en el estímulo a la empresa colombiana para que emprenda el camino de la internacionalización con un proyecto claro y una oferta exclusiva y de calidad que le permita mantenerse y que contribuya al prestigio del producto de Colombia.
Por el Pacífico, la AP se presenta como el quinto mercado estratégico después de Estados Unidos, la UE y China y Panamá. El 2014 más de 1.700 empresas exportaron hacia los países miembros, por valor de 3.089 millones de dólares, casi el 6% del total de exportaciones del país. La desgravación de aranceles al 92% de los productos abre oportunidades para varios sectores agroindustriales, como la galletería y panadería, alimentos para mascotas, bovino, agricultura y productos lácteos. También para el sector de textiles y confecciones, metalmecánica y cosméticos, entre otros.
Abrir esas puertas y las de los otros trece acuerdos que nos conectan con casi 50 países, implica que las empresas colombianas den un paso previo para entrar en la dinámica de la creatividad y la innovación, de modo que podamos ofrecer un producto diferenciado, funcional, competitivo y de calidad, con características de denominación de origen, saludable y fabricado con criterio sostenible. Y si tenemos presente desde el comienzo a nuestro potencial cliente, la calidad y oportunidad del servicio, pre, durante y post venta es requisito sine qua non.