
En Colombia forma parte de la agenda del turismo la discusión de si es conveniente o no aprovechar los parques nacionales, de si la riqueza natural debe mantenerse en completo aislamiento de la presencia humana para su preservación.
El debate es válido y enriquecedor, pero hay que evitar extremos. Podemos conservar y mejorar con una convivencia organizada, con cumplimiento de normas claras, educación adecuada y divulgación acertada sobre los valores de la naturaleza.
Cada experiencia es particular, pero coinciden en la concertación todos los actores: las comunidades, gobiernos, academia, generadores de opinión, ambientalistas y organismos internacionales.
Un buen ejemplo es el trabajo con las comunidades de la Sierra de la Macarena. En 3 años pasaron de 1.500 a 15.000 turistas y de 35 a 520 las familias dedicadas. Hace un año se dio prioridad a los recursos para iniciar las obras de infraestructura que facultarían allí y en otros parques naturales un turismo seguro.
Colombia, con la paz, debe planear el turismo que necesita, el turista que le interesa y prepararnos para ser potencia en turismo sostenible. Para lograrlo y hacer que sea una industria para siempre, pongo sobre la mesa lo que podríamos llamar el decálogo de principios para seguir consolidando el sector motor de desarrollo.
- Institucionalidad:unificar y articular las entidades del Estado que cumplen funciones en el sector. Un Ministerio de Turismo le daría visión en los propósitos y eficiencia a las metas.
- Políticas adecuadas:Planificación a largo plazo e involucramiento de comunidades. Hay que sembrar nuevas semillas para beneficio de las próximas generaciones. Turismo sostenible e incluyente.
- Profesionalismo, innovación y tecnología:a más viajeros, mayor exigencia en servicios. El turista debe ser atendido por profesionales, que conozcan del servicio, experiencias y herramientas tecnológicas. Vital la innovación en toda la cadena productiva.
- Calidad:estándares de excelencia, cumplimiento de normas, optimización de servicios, conocimiento del mercado, respuesta a necesidades, identificación de nichos, capacitación, rápida reacción a cambios de consumo del viajero.
- Sostenibilidad:el turismo sostenible está llamado a generar la preservación y desarrollo. Como lo dijo la National Geographic: “si la biodiversidad de la tierra fuera un país, sería Colombia”.
- Bilinguismo:ser un destino calificado requiere de servicios en varios idiomas, inglés, por supuesto, pero también alemán, francés, chino, japonés, de donde provienen viajeros con alta capacidad de gasto.
- Infraestructura:inversión en servicios, mejoramiento de destinos, conectividad, espacios adecuados para su máximo aprovechamiento y que deje beneficios a las regiones.
- Seguridad:el posconflicto genera confianza, pero no es suficiente. La seguridad va más allá que el simple hecho de lograr acceso. Es tener destinos organizados para evitar abusos y hacer cumplir normas de seguridad y protección.
- Promoción:el trabajo articulado entre Gobierno y regiones para mostrar al mundo el potencial que tenemos, requiere de campañas sólidas y sostenibles en el tiempo para que los mensajes perduren.
- Responsabilidad:compromiso de todos los actores del negocio y de los colombianos para cumplir con las normas, hacer las cosas bien y competir con honestidad.