El mundo digital vive una nueva revolución protagonizada por aplicaciones, tecnología e inteligencia aumentada que comienzan a cambiar en salud, educación, energía y ciudades inteligentes la forma como se desarrollan los desafíos de la sociedad, convirtiéndose en motor de economías locales y modificando la forma en que vivimos, trabajamos, nos movemos e interactuamos.
Esos ámbitos liderarán la atracción de inversión en los próximos años pues abordarán problemas que afectan a gran parte de la economía global. Para lograrlo será clave el trabajo entre líderes de los sectores público y privado, en el primero para apoyar a los desarrolladores y en el segundo para garantizar los emprendimientos que se requieren.
Un estudio de la Fundación de la Cámara de Comercio de Estados Unidos titulado “Innovation that Matters” señala que las ciudades que adopten y capitalicen el cambio hacia una economía digital, con apoyo a emprendimientos, innovaciones tecnológicas e inteligencia aumentada, verán recompensado el esfuerzo con una economía vibrante y mejora en la calidad de vida.
El sector energético es el de mayor dinamismo. Un ejemplo de ello es la revolución en marcha que debemos analizar: la gran disminución de la dependencia en combustibles fósiles.
Los países más industrializados y mejor desarrollo sostenible comenzaron la sustitución por tecnologías limpias. Noruega y Holanda tienen como objetivo la prohibición completa de combustibles fósiles en 2025 e India en 2030. Francia y Reino Unido se comprometieron a acabar la venta de automóviles que no sean híbridos o eléctricos en 2040.
Tenemos la obligación de observar lo que pasa en otros lugares y en diferentes sectores. Necesitamos que los gobernantes locales propicien ambientes adecuados que atraigan emprendimiento y ayuden al posicionamiento de sus ciudades como jugadores claves en dichos ecosistemas y determinar cuáles son las oportunidades para el establecimiento de clústeres específicos.
Tenemos que crear vínculos entre emprendedores e inversionistas locales, entidades de Gobierno y líderes empresariales para mantener canales de comunicación, incentivar la búsqueda de soluciones a problemáticas locales y divulgar al más amplio nivel posible el apoyo que se está dando al emprendimiento como una forma de atraer inversionistas que ven allí oportunidades de crecimiento.
Incentivar y apoyar el emprendimiento, como actividad laboral, profesional y de crecimiento económico, es un asunto de interés primario, pues lleva a innovar, generar empleo, cambiar la mentalidad, ampliar la visión, mejorar la calidad de vida y construir un tejido social basado en la colaboración que lleva al bien común.
Es vital que estemos pensando sobre cómo la tecnología impacta la forma como producimos y trabajamos. La inteligencia aumentada, plataforma desarrollada por IBM para referirse a la computación cognitiva, tiene la capacidad de analizar datos y entenderlo. Por ejemplo, comprender la personalidad de un ser humano a través del análisis del comportamiento en las redes, información importante para el área de recursos humanos.
Colombia está haciendo grandes esfuerzos y los índices internacionales lo demuestran. Mantener e incrementar esa tendencia será clave para convertirnos en un foco de innovación y emprendimiento, crucial en los tiempos de paz y fundamental para lograr la Colombia moderna, sostenible y competitiva que necesitamos.
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