‘La economía requiere medidas de corto plazo que la reactiven de inmediato’, AmCham Colombia

sobre las propuestas de reactivación económica que hemos preparado desde la Cámara Colombo Americana, AmCham Colombia, para responder al desafío de crecimiento que tiene Colombia.

El próximo 7 de febrero María Claudia Lacouture, presidenta de la Cámara Colombo Americana (AmCham Colombia), tiene una cita con Ricardo Bonilla, ministro de Hacienda.

Ese día le hará entrega oficial al Gobierno de un completo análisis sobre la situación en que se encuentra la economía, que en su opinión “requiere medidas de corto plazo que reactiven su crecimiento inmediato”, porque uno proyectado de entre 1,5 y 1,9 por ciento no es suficiente para las necesidades del país, comenta.

El análisis contiene lo que AmCham Colombia considera la fórmula con la cual se podría alcanzar ese objetivo, pero su eficacia dependerá de la voluntad política del Gobierno, de un trabajo serio y mancomunado.

No habla en nombre propio sino en representación de cerca de 1.000 empresas, 650 de estas estadounidenses que generan en Colombia más de 130.000 empleos. Esto le contó a EL TIEMPO.

¿Qué les preocupa de este 2024?

A nivel interno, el principal desafío está en acelerar el crecimiento económico, pues el proyectado para el 2024 se encuentra entre 1,5 y 1,9 por ciento, el cual no es suficiente para avanzar y solucionar los problemas y retos que tiene el país, como son las brechas sociales, la menor creación de nuevos empleos y una inflación que permanece alta, por mencionar algunos.

Solo lograremos crecer por encima de las tasas previstas si se desarrolla un trabajo público-privado para elevar el consumo de los hogares y la inversión, por lo que desde la AmCham hemos propuesto un trabajo mancomunado con los gobiernos locales y nacional: crear en los próximos años 500.000 empleos; recuperar confianza para reactivar la inversión pública y privada, el grado de inversión a BBB-, y el consumo de los hogares.

A nivel internacional hay una serie de conflictos armados que, por supuesto, nos afectan de manera directa y nos preocupan, así como la situación del tránsito de mercancías en el Medio Oriente. Esto hace que el 2024 luzca bastante retador.

¿Dónde están esas grandes debilidades?

El problema no tiene una explicación sencilla. Se trata de un asunto complejo que se explica por multiplicidad de factores, como una tasa de crecimiento del PIB inferior al crecimiento del número de habitantes, incesantes conflictos armados que han llevado a la inseguridad y la ausencia del Estado, limitado desarrollo de bienes públicos; la corrupción y la inseguridad jurídica son factores que atentan contra el crecimiento.

Además, hay una caída del consumo de hogares, un enfriamiento de la demanda, incertidumbre, no se genera el empleo suficiente o no responde a las necesidades de los trabajadores y de las empresas; y, por otro lado, la inversión va en descenso.

¿Qué les espera a los hogares, entonces?

El consumo de hogares es el 80 por ciento del crecimiento económico y para que se dé, las familias necesitan contar con ingresos sostenibles. La alta inflación ha hecho que el crédito sea prácticamente inaccesible para comprar una vivienda o un automóvil.

En resumen diría: mayores señales de confianza por parte del Gobierno, trabajo conjunto Gobierno y sector privado, disminución de tasas de interés y un plan de choque para reactivar los sectores más deprimidos que permita generar empleo pueden ser factores que nos lleven a crecer por encima del 2 por ciento.

Usted propone crear 500.000 puestos de trabajo, ¿en cuánto tiempo y cómo?

A través del programa Empleo Hay, en AmCham pudimos constatar la importancia de los procesos y tenemos la experiencia para desarrollarlo.

Para lograr esa meta son indispensables una alianza público-privada y un involucramiento al ciento por ciento de entidades como el Sena, el DPS, agencias de empleo nacional y regionales, cajas de compensación, sector empresarial, gremios de la producción, entre otros, para articularse con las vacantes que tiene el sector productivo, proveer capacitación en habilidades blandas y técnicas, incluido el bilingüismo, y, por otro lado, contar con condiciones adecuadas y modernas en el mercado laboral.

Hablamos de flexibilidad horaria, no encarecer los costos de contratación, equilibrar la carga tributaria para las empresas y subsidios focalizados a hacer el tránsito hacia la productividad.

También, una estrategia desde la formación de los jóvenes, con conceptos de educación más amplios, inclusivos y pertinentes, independiente de los grados de escolaridad, y cruzar las necesidades de oferta y demanda.

¿Dónde están esas 500.000 plazas?

Cuando comenzamos el programa Empleo Hay, en AmCham constatamos que el tejido empresarial tiene vacantes disponibles en muchos sectores, desde lo técnico hasta los profesionales en tecnología, servicios, telecomunicaciones, comercio exterior, logística, comercio, turismo, salud, entre otros, pero en muchos casos los aspirantes necesitan fortalecer habilidades complementarias a su formación.

Es urgente reactivar la inversión, ¿cómo lograrlo?

En el caso de la inversión pública, lo más importante es garantizar la ejecución de los recursos en los diferentes sectores. El 2024 debe ser el año de la ejecución. La reactivación de obras de infraestructura y vivienda, que son dinamizadores de corto plazo de la economía.

Estos sectores son intensivos en mano de obra y en bienes para la construcción, que a su vez mueven diversos sectores de la economía. Para el caso de la inversión privada, urge generar confianza, eliminar la incertidumbre frente a reformas que encarecen costos para las empresas y nos restan competitividad frente a otros países de la región.

Hay que brindar reglas claras, condiciones de rentabilidad y apertura comercial con estabilidad jurídica, regulatoria y contractual, y generar acciones para atraer inversión en sectores estratégicos y potenciales como minerales críticos, petróleo, agricultura, infraestructura y turismo.

Ahí también hay un tema de subsidios…

Lo vería más como un capital de inversión a fondo perdido, no la simple entrega de recursos. Hablamos de recursos para generar eficiencia y calidad del gasto, aumentar la productividad de las empresas y transformarlas en sus procesos para que sean más competitivas, mejoren sus procesos logísticos y su capacidad de internacionalización para diversificar sus ingresos.

¿Tanto subsidio no es contraproducente?

Los subsidios per se no son malos, son necesarios cuando son orientados a generar eficiencia y calidad del gasto en las personas que más lo necesitan.

La clave está en cómo garantizar que las ayudas lleguen a los más necesitados y no se conviertan en un incentivo perverso para, por ejemplo, negarse a acceder a un empleo formal por no perder una ayuda del Estado.

Por eso insistimos en que los subsidios deben ser focalizados y condicionados, con un propósito claro y un tiempo definido. Es la manera de optimizar los recursos públicos. Dar subsidios ilimitadamente y en especial a quienes no los necesitan es perder esos recursos.

Con alta inflación y la cartera en mora disparada, ¿no es peligroso reactivar el consumo bajando tasas?

El secreto es la gradualidad. Creo que existe un consenso: las tasas de interés aún están muy altas, y esperamos se escuche el clamor del empresariado para que desde ya tengamos una disminución importante y no simbólica en la tasa fijada por el Banco de la República. La recuperación del consumo debe ser gradual pero sostenida.

El sistema requiere un equilibrio para que, en efecto, el consumo no sea desbordado, pero sí que existan las condiciones para que las familias puedan consumir de manera razonable y a su vez se mantenga la viabilidad empresarial.

¿Esa viabilidad no se logra también con una mayor cultura exportadora?

La internacionalización empresarial es esencial. Debe comenzar por insistir en el desarrollo de una cultura exportadora partiendo de la productividad de las empresas. Son pocas las que tienen en su ADN la vocación a exportar.

Algunas solo lo hacen cuando tienen excedentes o pretendiendo aprovechar la tasa de cambio cuando está alta. Poder aprovechar más las oportunidades que ofrecen los tratados de libre comercio disminuye el riesgo de la dependencia del mercado local. Los tiempos difíciles nos muestran que la diversificación es el camino.

¿Ve cercana una reactivación de la infraestructura y la vivienda?

Colombia tiene grandes necesidades de infraestructura, entre otras razones para mejorar la conectividad y logística del país. Desarrollar la infraestructura es un reto en el cual el Estado debe tener un claro liderazgo.

En buena medida, el secreto estará en la capacidad de este de transmitir seguridad y estabilidad en la contratación y ejecución de las obras. En vivienda, los subsidios ayudarán a reactivar la construcción, que hoy en día está paralizada, y permitirá atender las necesidades de hogares y a su vez crear empleos formales.

¿Confía en que esta vez el Gobierno sí les prestará atención?

Tanto Gobierno como los empresarios debemos comprender que la confrontación ideológica tiene un efecto negativo, mientras que con una conversación constructiva y participativa se logrará el consenso que el país necesita para la reactivación que requerimos todos, especialmente los colombianos más vulnerables, a quienes les impactan más hechos como la alta inflación o la falta de empleo.

Declaración a medios de comunicación sobre propuestas de AmCham Colombia para reactivación económica

Las reformas en curso, la laboral, la pensional y ahora una eventual tributaria, ayudarán o entorpecerán el logro de esos objetivos…

El Congreso tiene un papel fundamental para que las reformas tengan la discusión a fondo que se necesita. Hablamos de proyectos de gran envergadura e importantes efectos, que necesitan de un trámite juicioso, con capacidad de escucha y participación de todos los actores y sectores económicos.

En materia laboral, una reforma que incremente costos laborales para las empresas, estabilidad reforzada o que estimule la informalidad solo dejará perdedores a corto y largo plazo; mientras que sí es necesario modernizar la legislación laboral para ajustarnos a las nuevas necesidades de los trabajadores que reclaman flexibilidad en el tiempo y nuevas modalidades de contratación, sin dejar a un lado la formalización.

¿Y la nueva tributaria?

Creo que nadie del sector se opone a una reducción gradual del impuesto de renta como lo ha planteado el Gobierno, pero es importante que cualquier iniciativa de este tipo sea concertada con el sector privado, para no terminar gravando a los mismos asalariados que siempre pagan sus impuestos.

Creo que existe una necesidad inmediata de trabajo público-privado de reactivación económica y mejorar las capacidades productivas de las empresas, pero intentar tramitar esa iniciativa este año no sería conveniente.

La situación de la economía requiere medidas de corto plazo que reactiven el crecimiento. Bienvenidas las propuestas que puedan reducir los impuestos a las empresas, pero, más allá de planes de mediano y largo plazo, urge tener acciones que generen un crecimiento de país ya.

CARLOS ARTURO GARCÍA M.
En X: CarlosGarciaM66
artgar@eltiempo.com

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