Desde las barreras hacia las oportunidades

Colombia se debate en una espiral de fenómenos económicos internacionales impredecibles que inciden en el normal desarrollo de su economía. Estamos frente al momento de convertir esa situación en una oportunidad, de potenciar las exportaciones no minero energéticas y de construir la Colombia moderna, sostenible y competitiva por la que estamos trabajando.

Si bien la devaluación del peso  frente al dólar no ha permitido dinamizar las exportaciones, los esfuerzos se deben focalizar en que la competitividad no dependa tanto del equilibrio de la tasa de cambio, sino de posicionar nuestros bienes y servicios con más sofisticación.

La devaluación no es exclusiva de Colombia -de hecho todas las economías de la región se enfrentan a la misma situación-, aunque vale resaltar que en las exportaciones diferentes a hidrocarburos y minerales se observa que aumentan las cantidades exportadas, pero los ingresos no favorecen por la caída en los precios internacionales.

Desde finales de 2014 las exportaciones de bienes agroindustriales, agropecuarios e industriales reportan menos ingresos en dólares, mientras en volumen han crecido. Solo entre enero y junio pasado se registró un incremento de 3,1%, al pasar de 3,71 millones de toneladas respecto al mismo periodo de 2015, a 3,83 millones en el primer semestre de 2016.

La política de incentivo a las exportaciones  no puede recaer en mejorar los términos de intercambio a través de la tasa de cambio, más bien debe concentrarse en superar las principales barreras las que afectan.

El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo adelantó una encuesta para establecer cuáles son las barreras que afectan a las empresas exportadoras. Esa muestra tuvo en cuenta 1.600 compañías, las cuales representan cerca del 15% del total que destina su producción a la exportación. Dado que el MinCIT solo se enfoca en las no mineras, ese total de empresas únicamente se concentra en esa clase de bienes.

El primer dato que llama la atención es que prácticamente somos exportadores de excedentes: el 57% de las empresas dirige casi la totalidad de su producción al mercado interno y solo exporta el 5% de su producto.

Otro resultado está asociado a que las firmas que muestran un mejor comportamiento en sus ventas al exterior son aquellas que importan. El 85% de las empresas que exportan de manera continua también compran en el mercado externo a un ritmo constante.

Pese a los esfuerzos del Gobierno por hacer una mayor difusión de los beneficios que tienen los acuerdos comerciales, la mayoría de las firmas consultadas afirma desconocer las bondades que estos representan.

Las empresas exportadoras están de acuerdo en que estas barreras se podrán superar siempre y cuando haya un compromiso mutuo y un trabajo coordinado que haga viable la disminución de los costos de transporte, así como la puesta en marcha de planes efectivos para avanzar en infraestructura, en logística y en agilizar aún más los trámites en comercio exterior, principalmente.

Si bien esos obstáculos identificados inciden más en la actividad de las micro, pequeñas y medianas empresas, la eliminación de las barreras implicaría un aumento hasta del 40% de las exportaciones, según los cálculos de los encuestados.

En la construcción de una Colombia moderna, sostenible y productiva, la paz juega un papel fundamental. El Gobierno ha venido haciendo los cálculos de los beneficios que nos traerá este nuevo panorama.

El diálogo con los empresarios es vital, por lo que en el escenario de una Colombia Moderna, con la Política de Desarrollo Productivo como sombrilla y en la antesala del posconflicto, hemos emprendido una nueva búsqueda de consensos, alianzas y propósitos comunes, con las regiones como eje y con la priorización de los sectores más competitivos como foco para lograrlo.

 

María Claudia Lacouture
Ministra de Comercio, Industria y Turismo
@mclacouture

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