Se acabaron los incentivos

En su rendición de cuentas agosto-diciembre de 2022 el Ministerio de Comercio Industria y Turismo presentó algunas pinceladas de lo que será su política para el turismo, haciéndose evidente que se retiran los beneficios tributarios que ayudaron a construir en las últimas dos décadas un sector que prácticamente no existía por cuenta de las guerras internas de finales del siglo pasado y a sostenerse durante la pandemia que, literalmente, cerró fronteras y restringió los desplazamientos.

A partir del 1 de enero ya no habrá descuento del 19% al 5% para los tiquetes aéreos aprobado en 2020, se pagará la sobretasa energética, la tasa de tributación para estas empresas pasará del 9% al 35%, una variación fiscal algo indolente para industria convaleciente. Los cruceros que tienen una renta del 2% pasarían a una del 35% y las aerolíneas privadas tendrán mayores dificultades para llegar a destinos periféricos y alejados.

Entre las pocas buenas noticias es que este año estará vigente la renta preferencial con tarifa del 15% para la prestación de servicios de alojamiento y parques temáticos de agroturismo y ecoturismo adoptada para en municipios con poblaciones inferiores a 200 mil habitantes y que hacen parte del Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, que es un instrumento de gestión y planificación del gobierno colombiano para impulsar el desarrollo económico, social y ambiental en las zonas más afectadas por el conflicto armado interno.

El informe habla de un nuevo modelo de desarrollo inclusivo, biodiverso y sostenible y de un Plan Sectorial de Turismo 2022-2026: Turismo en armonía con la vida que conceptualmente sabemos de qué se trata, pero no conocemos su contenido y mucho menos su alcance.

Menciona la promoción de un turismo que destaque la riqueza en biodiversidad y beneficie a las comunidades, la construcción de una Política Pública Nacional de Turismo Indígena y que a través de Colombia Productiva y Artesanías de Colombia se triplicaron los recursos asignados al Programa Raíces de fortalecimiento productivo de pueblos indígenas artesanos.

Por supuesto que se trata de una rendición de cuantas de cinco meses y que en el Ministerio y todas sus entidades adscritas están trabajando en proyectos concretos. Los gremios del turismo y toda la cadena turística esperan algo más que, como dice el informe ministerial, “generar oportunidades de bienestar económico y social a partir del turismo responsable y sostenible como eje transformador del territorio”

Por lo pronto se ve un discurso repetitivo y no novedoso, y si realmente queremos que el turismo sea el nuevo petróleo de Colombia hay que contar con una estrategia que encaje con esa importancia, determinar dónde, cómo y qué vamos a desarrollar, darle continuidad al trabajo que se ha venido haciendo, trazar una ruta viable y visible que de verdad nos lleve a una nueva fase, que este acompañada por un trabajo publico privado en el desarrollo y en la promoción, que involucre a todos los actores y no a unos pocos.

Publicado en L

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