Los acuerdos del libre comercio siempre es posible revisarlos para resolver diferencias entre las partes. Para el caso del TLC con Estados Unidos, el texto del acuerdo establece que estas revisiones deben hacerse en la Comisión Administradora del tratado.
El Gobierno de Gustavo Petro solicitó esta semana renegociar el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. La petición se dio en una reunión de delegados de ambos países.
La solicitud la lideró Luis Fernando Velasco, encargado del empalme de la Presidencia de Gustavo Petro, “ya que sectores como confecciones, agricultores entre otros, no se han visto beneficiados; por ello urge renegociarlo”.
Hay que recordar que el pasado 15 de mayo se celebraron los 10 años de la entrada en vigencia del TLC entre Colombia y Estados Unidos y la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia) destacó el acuerdo comercial.
El gremio evidenció que el 60% de las exportaciones de Colombia hacia Estados Unidos en 2021 fueron productos no minero energéticos, equivalentes a 6.577 millones de dólares frente a 4.382 millones de dólares del sector minero energético. Asimismo, 11.497 productos colombianos tienen hoy acceso con arancel cero a Estados Unidos gracias al TLC, mientras que diez años atrás eran 5.500.
Por esto, Vanguardia dialogó con María Claudia Lacouture, directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham Colombia), sobre este anuncio y sus implicaciones.
La solicitud de renegociar el TLC con Estados Unidos, como lo manifestó el Gobierno Petro, ¿qué implicaciones trae a las relaciones comerciales entre los dos países?
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, al momento de la negociación, tanto Colombia como Estados Unidos establecieron mecanismos dentro del propio tratado para generar revisiones antes de llegar a una renegociación. Para poder revisar y resolver diferencias que surjan entre las partes, está establecida la Comisión Administradora del TLC en el que están representantes del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia y la Oficina del Representante Comercial de EE. UU. Es allí donde se pueden tomar decisiones conjuntas relacionadas con reducción de aranceles, cambio en las reglas de origen de los productos que se exportan, analizar el anexo de contratación pública y hacer interpretaciones sobre aspectos consignados en el texto del TLC. Allí no se pueden hacer cambios en relación con tiempos de desgravación, montos o cuotas que productos o porcentajes para el incremento de aranceles. Si las diferencias entre las partes no se logran resolver a instancias de la Comisión Administradora, existe la posibilidad de plantear una renegociación, la cual debe ser solicitada formalmente por una de las partes y ser aceptada o no por la otra. Renegociar implicaría abrir la puerta para cambiar condiciones en los negocios entre los dos países e implica el principio de reciprocidad, es decir, si pedimos un cambio, desde Estados Unidos harán lo propio poniendo en riesgo el acceso privilegiado que hoy tenemos.
¿Qué debería cambiarse y mantenerse en las relaciones comerciales?
Hay que mantener reglas de juego claras y estables para los negocios. Ese es uno de los principales logros del acuerdo, pues antes se dependía de la voluntad unilateral del Congreso de Estados Unidos para otorgar preferencias arancelarias a un número limitado de productos. Hoy son 11.497 productos que tienen arancel cero para llegar al mercado de ese país y hoy en día es nuestro principal socio comercial. Hay que agilizar procesos de homologación, por ejemplo, de requisitos fitosanitarios para que más productos agrícolas puedan ser exportados a ese país, incrementar la cooperación técnica para fortalecer la competitividad de las empresas nacionales, implementar la Política de Desarrollo Productivo en las compañías y mejorar la infraestructura nacional para reducir costos de exportación. Pero estos son elementos que no dependen del TLC con EE. UU. y que servirían para llegar a otros mercados.
Teniendo en cuenta las cifras de exportaciones e importaciones, ¿qué le conviene más a Colombia, renegociar o revisar el TLC?
Lo primero debe ser un diálogo abierto y sincero que permita establecer los intereses y las posibilidades. La revisión sería lo más adecuado, un proceso que se realiza constantemente de acuerdo a las necesidades de los dos países, para eso se creó la Comisión Administradora y lo que corresponde es convocarla para mirar las aspiraciones del nuevo Gobierno.
¿Qué beneficios o afectaciones traería una renegociación del acuerdo comercial con Estados Unidos?
Una renegociación es riesgosa porque se abre la puerta de todo el acuerdo en su conjunto, implicando la posibilidad de perder condiciones de acceso favorable que ya están vigentes para los productos colombianos. Renegociar es viable, pero no por viable es acertado, por lo que procede avanzar por las instancias establecidas, a través de la Comisión Administradora, y buscar soluciones para las demandas que mencionan los delegados del presidente electo y que tienen que ver las normas de origen y acumulación, rapidez en la homologación de ciertos productos y negociación sobre la exportación de maíz a Colombia. La recomendación es permanecer siempre dentro de los mecanismos del acuerdo.
¿Es cierto que no se pueden realizar cambios en tiempos, montos y porcentajes para subir aranceles en el acuerdo?
Dentro del mecanismo de revisión en la Comisión Administradora del TLC no se contempla que se hagan cambios para aumentar aranceles.
¿Qué sectores tendrían algún impacto con una posible renegociación?
Todos, si se abren todos los capítulos. Aunque solo se podría determinar ese impacto en la forma como se desarrolle el proceso y de sus alcances. Será la administración del presidente electo, Gustavo Petro, quien lo señale en su momento y se conozca la respuesta de Estados Unidos.
¿Considera que abrir esa puerta de la renegociación podría ser arriesgado para el país?
Depende de lo que se pide y cómo se pide. Es de sentido común suponer que, si pido revisar todo, pues todo cabe y todo se puede. No creo que exista contraparte en el mundo que entregue algo sin pedir nada a cambio. En cualquier caso, lo indicado es proceder con los mecanismos previstos en el acuerdo para la revisión.
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